Los jugadores asumen el error en la reunión de una hora con Emery. «Ha sido positivo, culpables somos todos», dice el técnico
Aunque para muchos esta cumbre en el vestuario ha podido llegar un poco tarde (o al principio de temporada o cuando empezó la plaga de expulsiones), al menos Emery ha conseguido darle la vuelta a la situación. Una cosa es que a partir de ahora se castigue económicamente y de manera interna las expulsiones por agresiones, por insultos y por protestas fuera de tono al árbitro, y otra bien diferente -pero mucho más importante- que el espíritu de grupo salga fortalecido.
Lo que en otros casos hubiera quedado en una severa reprimenda y en una expresión del lógico malestar del cuerpo técnico y del club (el principal perjudicado siempre es el equipo), Unai ha buscado de los jugadores su convencimiento por los errores cometidos (habrá que ver la respuesta en los próximos partidos) y su complicidad para reforzar el ánimo de que, desde ayer, puede darse un punto de inflexión positivo para que el equipo alcance sus metas.
Otros entrenadores sueltan su discurso y los jugadores permanecen el silencio. Unai está obsesionado con la comunicación. Por eso el técnico siguió fiel a su estilo y permitió que los futbolistas hablaran durante la hora y pico que duró el encierro en el vestuario. Incluso les preguntó su parecer. De ahí que fueron ellos mismos los que entonaron el mea culpa cuando Unai lanzó la interrogante de quiénes se sentían partícipes de este nefasto carrusel (11 expulsiones en lo que va de temporada, siete de ellas en los últimos once encuentros). Ahí se escucharon las voces de los protagonistas. El técnico les pidió más frialdad en el terreno de juego, mensaje que tomó como referencia el caso de Zigic. El serbio, en Zaragoza, fue 'calentado' por el central con la complacencia del árbitro pero el valencianista no pensó las consecuencias a la hora de devolver a Contini sus caricias. Ayer, por cierto, salieron las sanciones y Competición castigó con un partido al serbio y también a Alexis (este por acumulación).
La conclusión que se puede extraer es que los jugadores asumen su responsabilidad. «Estas charlas son para mejorar», reconocía Villa. Hasta Emery también anuncia la suya públicamente. «Ha sido positivo, culpables somos todos», decía ayer en Radio Marca. A pesar de eso, también dejó claro el entrenador que no hay que dejarse influir por este factor: «El equipo no puede ser una madre».
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-03-31/equipo-acepta-multas-insultos-20100331.html
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