Fernandes promete «compromiso e implicación» tras su frustrado adiós

Unai Emery se encierra durante 50 minutos con sus jugadores para reflexionar sobre la derrota sufrida en el estadio del Sevilla

En su inútil e intenso viaje de ida y vuelta, Manuel Fernandes no disfrutó de tiempo para imaginar siquiera cómo le quedaría la elástica del que iba a ser su nuevo club, el Inter de Milán. El mercado de invierno abrió para él las puertas del Mundial de Sudáfrica. Sin minutos en Valencia, imaginó un futuro mejor a las órdenes de Mourinho. Nada más lejos de la realidad. Los servicios médicos del club italiano desestimaron su contratación tras aducir que el portugués padecía una tendinitis rotuliana. El Valencia lo niega y Fernandes, después de barajar diversas opciones para salir del club blanquinegro, volvió ayer a los entrenamientos en la Ciudad Deportiva de Paterna.
El centrocampista luso desmontó la tesis milanista, otorgando la razón a los galenos del Valencia. Completó la sesión preparatoria a buen nivel, jugó el partidillo organizado por Emery e incluso se permitió el pequeño lujo de hacer el primer tanto de su equipo tras marcharse en velocidad. Su principal reto sigue siendo acumular buenos minutos para convencer al seleccionador nacional de Portugal, Carlos Queiroz, de que tiene un puesto en la lista para Sudáfrica.
Nuevamente implicado en la causa valencianista, Manuel Fernandes afirmó que su compromiso con el club blanquinegro es «máximo». Su cometido será ahora convencer a Unai Emery y ganarse un tiempo reservado en estos momentos para Banega, Albelda y Marchena. «Pienso esforzarme a tope y estoy preparado para ayudar al equipo a conseguir sus objetivos, como el primer día que llegué a este club», declaró Fernandes.
La primera oportunidad del portugués pasa por el encuentro que el Valencia disputara este fin de semana frente al Valladolid. «Estoy deseando jugar cuanto antes, si así lo considera el entrenador. Y si es en Mestalla, mejor», señaló un Fernandes que hace de tripas corazón. Resultaría interesante calibrar cómo respondería el público ante un jugador que no ha ocultado sus ganas de marcharse en el mercado invernal. Fernandes no duda: «Me siento querido por los aficionados, que siempre han tenido un gran comportamiento conmigo».
Su capitán, Carlos Marchena, aprovechó la comparecencia en rueda de prensa para darle una calurosa bienvenida: «Lo veo un poco contrariado porque se fue con ilusión de jugar en un equipo que le daba una oportunidad. Ahora le hemos vuelto a dar la bienvenida y vuelve a ser un compañero más. Debe tener las ilusiones renovadas porque queda temporada y puede ayudarnos a conseguir el objetivo».
Fernandes se reincorporó al grupo el día en que Unai Emery se encerró con el grupo durante 50 minutos para corregir los errores cometidos en el encuentro ante el Sevilla. «Hemos reflexionado sobre la situación y hemos hablado sobre el partido. Nada más, estamos en un estado óptimo», señaló Marchena sobre la reunión.
Es el segundo cónclave valencianista tras la derrota en el Sánchez Pizjuán. El primero lo protagonizó el presidente de la entidad, Manuel Llorente, en el mismo vestuario del coliseo sevillista. Marchena reconoció la visita del dirigente, pero no desveló el contenido de la charla. «De lo que diga un presidente o un utillero en el vestuario no voy a hablar. Para mí es un sitio cerrado y deben entender que no diga nada», espetó el capitán valencianista.
En el aspecto estrictamente deportivo, Unai Emery dispuso un suave entrenamiento de recuperación y gimnasio para los jugadores que disputaron los 90 minutos en el fallido asalto al fortín del Sánchez Pizjuán.