Expresidente del Valencia. Ayer se cumplieron 20 años de la entrada de Roig en el Valencia. El exdirigente repasa su etapa, que supuso una gran transformación societaria, no exenta de polémica, y analiza el futuro de la institución de cara a su inminente venta. El exdirectivo asegura que el presidente de la diputación «está buscando soluciones» y alaba la gestión de Salvo
VICENT CHILET | VALENCIA
¿Cómo ve la evolución del proceso de venta?
Empezó todo mal por culpa de los políticos, no de los que están ahora. Camps y González Pons impusieron a Soler, contra el que no tengo nada, y me insistieron en que vendiese, vendiese y vendiese. Años después, también desde la política quitaron a Soler. Los políticos no están autorizados a poner y quitar presidentes del Valencia. Es un derecho de los socios y accionistas. Deben preocuparse de que el pueblo funcione bien y ayudar a los más desfavorecidos. ¿Pero ayudar al Valencia? ¿Con 90 millones de euros para una Fundación que no los ha puesto? Es una locura.
¿Ve bien que Bankia haya forzado la venta?
El Valencia es del Valencia. Las acciones son de los valencianistas. Bankia no puede vender el club, quizá subastarlo, pero no le interesa porque no lo ha hecho todavía.
¿Le gusta la gestión de Salvo en este tema?
Lo que está haciendo hasta ahora me gusta, se ha puesto del lado del socio.
¿Habría hecho también la asamblea en Mestalla?
No lo sé, pero creo que está bien hecha. Quiere que los valencianistas no sean ajenos al futuro de su club. Hace tiempo que eso no sucede. Por ejemplo yo fui de los últimos que fue elegido por los accionistas. A otros fenómenos (en alusión a Llorente) los colocó Bancaja. Yo compré a muchos internacionales. Él los vendió para pagar a Bancaja y obedecer a quienes lo pusieron: el político y el financiero, no el socio.
Ahora que se busca inversor, ¿cree que a su hermano Juan le hubiese gustado participar?
Mi hermano Juan es un gran empresario y yo no tengo nada que decir.
¿Usted no ha pensado en buscar un inversor?
No me he puesto porque no es tan fácil encontrar inversor. Es más complicado de lo que parece. Yo digo que es mentira que alguien vaya a poner 400 millones. Pero ahora me cabreo por aquellos que me decían «El Valencia no puede ser de un grupo». Y ahora, mira, buscando a gente en Indochina. Y no lo veo mal, si se busca que el Valencia sea campeón.
¿Qué le parece que Alfonso Rus, rival suyo en los años 90, y del que dijo que era del Madrid, quiera ser presidente?
A mí me parece bien que esté buscando soluciones. El actual presidente, me gusta. Alfonso Rus, también, y es muy buen amigo mío. Tíos que dicen la verdad y se ponen delante del toro. No me gusta, igual que los políticos no quieren que los empresarios entremos en su mundo, no quiero que ellos estén en el fútbol. Se han cargado el Valencia.
Precisamente Rus, de momento, sigue siendo político.
Supongo entonces que tendrá que elegir, llegado el momento. Es más presidente que político.
¿Qué le viene a la cabeza de aquel 9 de marzo de 1994?
Una alegría inmensa, es lo que recuerdo. Es lo máximo a lo que he llegado en mi vida. Era mi equipo, el de mi tierra, fue una experiencia única, valió la pena en sus buenos y malos momentos.
¿Cómo cree que se le recuerda como presidente?
Hay de todo. Unos en mi línea y otros en la contraria. Luchamos por títulos, ilusionamos a la gente y se triplicaron las peñas, recuperamos los colores blanquinegros. Si volviera atrás intentaría corregir algunos errores, propios de alguien que pasa de socio a presidente y quiere hacer una revolución.
¿Qué errores?
Sobre todo la comunicación de mi gestión. No fue buena. Ampliamos el campo, los abonos, fichamos a muchos jugadores internacionales... Hubo una corriente crítica que me extorsionó con una campaña que me han tenido hasta nueve años y medio en el juzgado para acabar diciendo que Paco Roig está limpio. Y van por la calle y a Mestalla y no les da vergüenza.
¿A quién se refiere?
Me refiero a los jueces, que me tuvieron nueve años y medio en instrucción y a los ocho o diez tíos, entre directivos y periodistas, que participaron en la campaña para desgastarme. Al final, película cero.
¿Entre los errores, incluye no haber podido mantener a Mijatovic?
Pedja y Elena, entonces su esposa, eran muy amigos míos, y de mi mujer también. Cuando yo entré, Mijatovic tenía una cláusula peculiar, de pocos millones si no cumplía el contrato uno de los dos. Mijatovic podía irse del Valencia e incluso ganar dinero. Mijatovic se compró en su día a través de un paraíso fiscal porque Yugoslavia estaba en guerra y embargada y no se podían hacer operaciones. Cuando llegué me lo dijeron y regularizamos su situación, y le pusimos una cláusula de diez millones de dólares. Vino el Madrid, que estaba por detrás de nosotros en la Liga, y acabaron convenciéndolo.
¿Qué balance deportivo hace de su gestión?
Cuatro años antes de llegar yo el Valencia fue segundo, pero a veinte puntos del Madrid. Conmigo llegamos en tres años y medio a una final de Copa y fuimos subcampeones de Liga con opciones hasta el último partido. Y por delante del Madrid y Barcelona. Yo cuando llegué al Valencia tenía esa idea, ser campeón. Y para ello fiché a campeones: Zubizarreta, Angloma, Djukic, Milla, Romario, Mazinho, Carboni, Piojo, Parreira... Yo no fui campeón, pero la base del equipo que poco después sí lo fue tenía a esos jugadores que ficharon. Y es evidente que la afición se ilusionó. Mi equipo duró diez años. A la primera que Mestalla me sacó pañuelos, me fui.
http://www.levante-emv.com/deportes/2014/03/09/rus-presidente-valencia-politico/1088119.html
VICENT CHILET | VALENCIA
¿Cómo ve la evolución del proceso de venta?
Empezó todo mal por culpa de los políticos, no de los que están ahora. Camps y González Pons impusieron a Soler, contra el que no tengo nada, y me insistieron en que vendiese, vendiese y vendiese. Años después, también desde la política quitaron a Soler. Los políticos no están autorizados a poner y quitar presidentes del Valencia. Es un derecho de los socios y accionistas. Deben preocuparse de que el pueblo funcione bien y ayudar a los más desfavorecidos. ¿Pero ayudar al Valencia? ¿Con 90 millones de euros para una Fundación que no los ha puesto? Es una locura.
¿Ve bien que Bankia haya forzado la venta?
El Valencia es del Valencia. Las acciones son de los valencianistas. Bankia no puede vender el club, quizá subastarlo, pero no le interesa porque no lo ha hecho todavía.
¿Le gusta la gestión de Salvo en este tema?
Lo que está haciendo hasta ahora me gusta, se ha puesto del lado del socio.
¿Habría hecho también la asamblea en Mestalla?
No lo sé, pero creo que está bien hecha. Quiere que los valencianistas no sean ajenos al futuro de su club. Hace tiempo que eso no sucede. Por ejemplo yo fui de los últimos que fue elegido por los accionistas. A otros fenómenos (en alusión a Llorente) los colocó Bancaja. Yo compré a muchos internacionales. Él los vendió para pagar a Bancaja y obedecer a quienes lo pusieron: el político y el financiero, no el socio.
Ahora que se busca inversor, ¿cree que a su hermano Juan le hubiese gustado participar?
Mi hermano Juan es un gran empresario y yo no tengo nada que decir.
¿Usted no ha pensado en buscar un inversor?
No me he puesto porque no es tan fácil encontrar inversor. Es más complicado de lo que parece. Yo digo que es mentira que alguien vaya a poner 400 millones. Pero ahora me cabreo por aquellos que me decían «El Valencia no puede ser de un grupo». Y ahora, mira, buscando a gente en Indochina. Y no lo veo mal, si se busca que el Valencia sea campeón.
¿Qué le parece que Alfonso Rus, rival suyo en los años 90, y del que dijo que era del Madrid, quiera ser presidente?
A mí me parece bien que esté buscando soluciones. El actual presidente, me gusta. Alfonso Rus, también, y es muy buen amigo mío. Tíos que dicen la verdad y se ponen delante del toro. No me gusta, igual que los políticos no quieren que los empresarios entremos en su mundo, no quiero que ellos estén en el fútbol. Se han cargado el Valencia.
Precisamente Rus, de momento, sigue siendo político.
Supongo entonces que tendrá que elegir, llegado el momento. Es más presidente que político.
¿Qué le viene a la cabeza de aquel 9 de marzo de 1994?
Una alegría inmensa, es lo que recuerdo. Es lo máximo a lo que he llegado en mi vida. Era mi equipo, el de mi tierra, fue una experiencia única, valió la pena en sus buenos y malos momentos.
¿Cómo cree que se le recuerda como presidente?
Hay de todo. Unos en mi línea y otros en la contraria. Luchamos por títulos, ilusionamos a la gente y se triplicaron las peñas, recuperamos los colores blanquinegros. Si volviera atrás intentaría corregir algunos errores, propios de alguien que pasa de socio a presidente y quiere hacer una revolución.
¿Qué errores?
Sobre todo la comunicación de mi gestión. No fue buena. Ampliamos el campo, los abonos, fichamos a muchos jugadores internacionales... Hubo una corriente crítica que me extorsionó con una campaña que me han tenido hasta nueve años y medio en el juzgado para acabar diciendo que Paco Roig está limpio. Y van por la calle y a Mestalla y no les da vergüenza.
¿A quién se refiere?
Me refiero a los jueces, que me tuvieron nueve años y medio en instrucción y a los ocho o diez tíos, entre directivos y periodistas, que participaron en la campaña para desgastarme. Al final, película cero.
¿Entre los errores, incluye no haber podido mantener a Mijatovic?
Pedja y Elena, entonces su esposa, eran muy amigos míos, y de mi mujer también. Cuando yo entré, Mijatovic tenía una cláusula peculiar, de pocos millones si no cumplía el contrato uno de los dos. Mijatovic podía irse del Valencia e incluso ganar dinero. Mijatovic se compró en su día a través de un paraíso fiscal porque Yugoslavia estaba en guerra y embargada y no se podían hacer operaciones. Cuando llegué me lo dijeron y regularizamos su situación, y le pusimos una cláusula de diez millones de dólares. Vino el Madrid, que estaba por detrás de nosotros en la Liga, y acabaron convenciéndolo.
¿Qué balance deportivo hace de su gestión?
Cuatro años antes de llegar yo el Valencia fue segundo, pero a veinte puntos del Madrid. Conmigo llegamos en tres años y medio a una final de Copa y fuimos subcampeones de Liga con opciones hasta el último partido. Y por delante del Madrid y Barcelona. Yo cuando llegué al Valencia tenía esa idea, ser campeón. Y para ello fiché a campeones: Zubizarreta, Angloma, Djukic, Milla, Romario, Mazinho, Carboni, Piojo, Parreira... Yo no fui campeón, pero la base del equipo que poco después sí lo fue tenía a esos jugadores que ficharon. Y es evidente que la afición se ilusionó. Mi equipo duró diez años. A la primera que Mestalla me sacó pañuelos, me fui.
http://www.levante-emv.com/deportes/2014/03/09/rus-presidente-valencia-politico/1088119.html
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